Progeria

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The hero, deep in a profound dream, found himself immersed in a surreal game. He was in a dark, misty world, surrounded by shadows that seemed like whispers of fear and darkness. On his forehead, two glowing sliders indicated his real age and his appearance age. An unforgiving rule loomed over him: if either age reached 100, his life would come to an end.

With determination, the hero faced his inner demons, battling the fear that threatened to consume him. Every step brought him closer to the truth of his existence in this strange dream world.

Advancing through the shadows, the hero discovered an imposing building on the horizon, illuminated by flickering light. With courage, he entered its depths, where an even greater challenge awaited him.

Inside, he found a bill demanding that he restore his apparent age to be five years older than his real age. This was the path to salvation, an opportunity to extend his life in this cruel game.

With wit and determination, the hero faced each obstacle with skill. Defying the shadows and overcoming his own fears, he moved forward with determined steps toward the exit.

Finally, he emerged from the depths of the building, the dawn light breaking the darkness of his dream. With one last effort, he adjusted the sliders to comply with the bill, restoring his appearance with five additional years.

With a sigh of relief, the hero woke from his dream, aware that he had faced his inner demons and emerged victorious. Though real life presented its own challenges, he felt strengthened by his experience in the dream world.

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El Héroe, sumido en un sueño profundo, se encontraba inmerso en un juego surrealista. Se hallaba en un mundo oscuro y nebuloso, rodeado de sombras que parecían susurros del temor y la oscuridad. En su frente, dos deslizadores luminosos indicaban su edad real y la edad de su apariencia. Una regla implacable se cernía sobre él: si cualquiera de las edades alcanzaba los 100, su vida llegaría a su fin.

Con determinación, el Héroe se enfrentó a sus demonios internos, luchando contra el miedo que amenazaba con consumirlo. Cada paso lo acercaba más a la verdad de su existencia en este extraño mundo onírico.

Avanzando entre las sombras, el Héroe descubrió un edificio imponente en el horizonte, iluminado por una luz titilante. Con valentía, se adentró en sus profundidades, donde lo esperaba un desafío aún mayor.

Dentro, se encontró con una factura que le exigía restaurar su edad aparente para que fuera cinco años mayor que su edad real. Este era el camino hacia la salvación, una oportunidad para extender su vida en este juego cruel.

Con ingenio y determinación, el Héroe se enfrentó a cada obstáculo con habilidad. Desafiando a las sombras y venciendo sus propios miedos, avanzó con pasos decididos hacia la salida.

Finalmente, emergió de las profundidades del edificio, la luz del amanecer rompiendo la oscuridad de su sueño. Con un último esfuerzo, ajustó los deslizadores para cumplir con la factura, restaurando su apariencia con cinco años adicionales.

Con un suspiro de alivio, el Héroe despertó de su sueño, consciente de que había enfrentado sus demonios internos y emergido victorioso. Aunque la vida real presentaba sus propios desafíos, se sentía fortalecido por su experiencia en el mundo de los sueños.